Durante el funeral los familiares exigieron justicia
En medio de profundo dolor fueron sepultados los restos mortales del suboficial PNP Víctor Gabriel Maguiña Guzmán de 31 años de edad quien prestaba servicios en la Comisaría Sectorial de Yungay.
Los restos de Víctor Gabriel fueron velados en su domicilio familiar en la ciudad de Huaraz durante dos días (sábado y domingo), ayer lunes sus restos fueron objeto de despedida en el colegio estatal Fe y Alegría de donde egresó tras cursar estudios secundarios.
Poco después los familiares, amigos y vecinos de Víctor Gabriel, acompañaron el ataúd hasta la sede de la Región Policial Ancash, con sede en el jirón 28 de Julio en la ciudad de Huaraz.
Los oficiales de la Policía Nacional del Perú, encabezado por el general PNP Ely Vargas Roca, esperaron el féretro en el frontis de la Región Policial, hasta el lugar también se dio cita el coronel PNP Gastón Alzamora, el coronel PNP Henry Vásquez, el comandante PNP Guido Huamán, entre otros miembros de la Policía, como los suboficiales de su promoción.
El capellán de la Policía de Ancash hizo réquiem para el ex Policía Nacional, quien dejó de existir tras un disparo de arma de fuego que cesó su vida, el sacerdote exhortó a los familiares y a los amigos del efectivo fallecido, esperar con tranquilidad la justicia que corresponde.
Tras recibir los honores correspondientes el cortejo fúnebre se dirigió hacia el cementerio Presbítero Pedro Villón de Huaraz en donde quedaron sepultados los restos de Víctor Gabriel Maguiña Guzmán, efectivo de tercera que ya tenía 10 años de servicio en la Policía Nacional del Perú.
El general PNP Ely Vargas, una vez más señaló que “no habrá espíritu de cuerpo” con el suceso y que tras las investigaciones habrá sanción para el responsable de la muerte del Policía.
En tanto los familiares (mamá, hermana, tíos) exigieron justicia y no aceptan que la muerte de Víctor Gabriel no fue accidental ni fortuita, existen algunos indicios que el Ministerio Público tendrá que investigar a profundidad para determinar fehacientemente el hecho de sangre. (Arnaldo Mejía Bojórquez)