La historia de Ana Estrada conmueve a Perú y marca un hito en la lucha por el derecho a una muerte digna. Tras años de batalla legal, siendo la primera peruana, Ana pudo ejercer su derecho a la eutanasia, falleciendo en paz y conforme a su propia voluntad accedió a su derecho a la eutanasia el 21 de abril de 2024.
La peruana Ana Estrada, tras una prolongada batalla en los tribunales, finalmente pudo ejercer su derecho a la eutanasia y murió en sus propios términos. Su familia informó en un comunicado que Ana partió agradecida, rodeada del amor y el apoyo incondicional de quienes la acompañaron en su lucha.
A pesar de que la eutanasia no está permitida en Perú, el Poder Judicial ordenó al Ministerio de Salud y a EsSalud «respetar la decisión» de Ana de poner fin a su vida mediante este procedimiento. Esta histórica sentencia, ratificada por la Corte Suprema en julio de 2022, marcó la primera vez en la historia del país que la Justicia reconoció y autorizó el derecho de una persona a terminar con su vida.
Psicóloga de profesión, Ana padecía de polimiositis, una enfermedad crónica y degenerativa que la mantenía postrada en una cama clínica con respiración asistida. Su lucha ha permitido visibilizar la importancia de defender el derecho a una muerte digna en Perú y ha trascendido las fronteras del país, dejando un legado de valentía y determinación que vivirá en la memoria de muchas personas.
El legado de Ana Estrada no solo marcará la historia de Perú, sino que también inspirará a seguir luchando por la dignidad en la muerte en todo el mundo.